Concibo el teatro como una asamblea en la que el intercambio de ideas debería ser la norma y no la excepción. Creo rotundamente en el compromiso del artista con su sociedad y también en la posibilidad de que una experiencia subjetiva sea comprendida por otro: partir de la propia identidad con la voluntad de asumir una identidad colectiva. En mis obras trabajo con multitud de registros lingüísticos entre ellos el Spoken Word o el relato mítico. Entiendo la palabra como acción que se dirige a alguien concreto, el público. Me dirijo a él de forma explícita, desde el pacto manifiesto de una copresencia.
Fabulamundi involved Lola Blasco in activities in Berlin.
Licenciada en Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático, formada en interpretación con Jorge Eines y Máster en Humanidades (Premio Extraordinario) por la Universidad Carlos III de Madrid. Obtuvo en 2009 el premio Buero Vallejo por su obra Pieza Paisaje en un prólogo y un acto. Ese mismo año fundó la compañía teatral Abiosis, en la que ha participado como autora, actriz y directora.
Ha sido becada en varias ocasiones por la Sala Cuarta Pared donde ha investigado las relaciones en torno al teatro documental y la ficción, así como entre el teatro político y lo musical.
Sus textos han sido representados en diversos festivales teatrales. Su última obra Proyecto Milgram, se estrenó en la sala Valle Inclán del Centro Dramático Nacional en julio de 2012, con dirección de Julián Fuentes Reta.
Teatrografía
2008 / Foto Finis; estreno: 27 de Febrero de 2009, Sala García Lorca de la RESAD; publicada por Fundamentos (Madrid) en 2009.
2009 / Oración por un caballo; estreno: 8 de Junio de 2009, Sala Valle Inclán de la RESAD; publicado por Fundamentos (Madrid) en 2010 y por El país (Bolivia) en 2011.
2009 / Pieza paisaje en un prólogo y un acto; estreno: 11 de Junio de 2010, Auditorio Carlos III de Madrid; publicada en 2010 por Patronato de Cultura de Guadalajara. Colección “Premio Buero Vallejo”.
2011 / Los hijos de las nubes, estreno: 29 de Febrero de 2012, Sala Cuarta Pared; publicada por Caos Editorial, Madrid en 2013.
2011 / Un concierto de despedida; publicada por Acotaciones, Madrid en 2012.
2011 / En defensa de un teatro político-revolucionario; estreno: 8 de Noviembre de 2011, Sala Cuarta Pared.
2012 / Proyecto Milgram; estreno: 6 de Julio de 2012, Sala Valle Inclán del Centro Dramático Nacional; publicada por el Centro Dramático Nacional, Colección “Autores en el centro”, en Madrid en 2012.
2013 / Ni mar, ni tierra firme. Está prevista su publicación por Cátedra. (En prensa)
Los hijos de las nubes
Synopsis: Los hijos de las nubes es un texto de Lola Blasco que cuenta su experiencia en los campos de refugiados saharauis en Argelia. En una frontera difusa entre realidad y ficción, la obra es un documental escénico donde se solapan en primera persona la voz de la cronista, la opinión editorial y el testimonio elocuente (o el silencio) de quienes conoció allí En Los hijos de las nubes se narra el viaje desde el desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, el 8 de noviembre de 2010, hasta la caída de Moubarak y el desencadenamiento de la llamada “primavera árabe”. Los hijos de las nubes es también un ejercicio de memoria sobre el pasado colonial de España en el Sáhara, la dictadura franquista y la transición democrática.
Número de personajes: Voz de la autora/ voces saharauis/ Otras voces
– Los hijos de las nubes –
– Fragmentos del texto seleccionado –
Fotografías, palabras subjetivas sobre la imagen.
Yo – ¿Qué te parece?
Mi madre – ¿Qué son? Espera que me pongo las gafas. ¿Unas cabritas?
Yo – Les hice una foto porque iban a morir.
Mi madre – ¿A morir?
Yo – Sí, se las iban a comer.
Mi madre – Ya.
(En este momento frunce el ceño, mi madre, y seguro que piensa que su hija piensa cosas feas)
Yo – ¿No me dices nada?
Mi madre – ¿Qué quieres que te diga?
Yo – Nada.
Silencio
Mi madre – No sé qué decirte. ¿Qué quieres que te diga?
Yo – Nada.
Mi madre – Cariño, ¿eso que sale en la otra foto es una mina?
Yo – Sí.
Mi madre – ¿Tú te has vuelto loca? ¿Qué hacías tú tan cerca de una mina?
Silencio
Mi madre – Dime que no vas a volver. Ni a ese sitio ni a ningún sitio como ese. Y si te pasa algo. ¿Tú sabes lo peligroso que es?
Yo – Mamá, sí.
Silencio
Yo – Lo siento.
Mi madre – Dime que no vas a volver. Dímelo.
Yo – Lo siento mamá, tengo trabajo.
Yo – Mamá.
Mi madre – ¿Qué?
Yo – ¿Qué hiciste tú el día que murió Franco?
Mi madre – No lo recuerdo.
Yo – ¿Qué hiciste?
(Y a mí no me gusta hacer sufrir a mi madre)
Mi madre – Alegría. Sentí alegría. Pero lo celebramos en casa.
Yo – ¿Por qué?
Mi madre – Cualquiera se atrevía a ir diciéndolo por la calle.
Silencio
Mi madre – Muchos se fueron a ver el cuerpo. Para asegurarse de que estaba muerto.
(Y mi madre habla de alegría pero hay rabia en las palabras de mi madre. Y hay rabia en mis palabras. Pienso en la Democracia y en los cadáveres. Pienso en los cimientos de la Democracia)
Mi madre – Y qué hacías ahí tú…donde las minas.
Yo – Caminar.
Mi madre – ¿Caminar?
Yo – Una peregrinación.
Mi madre – Yo no te he enseñado esas cosas.
Yo – Es una forma de compartir.
Mi madre – ¿El qué?
Yo – El dolor. Mamá…
Mi madre – ¿Qué?
Yo – Que los jóvenes en el Sahara fallecen porque les explotan las minas en los pies cuando corren hacia el muro.
Silencio
Mi madre – Yo no quiero que vuelvas a ese muro.
(Y yo pienso en cómo hacer un texto para un paisaje de cuerpos que me ha hecho llorar. Y pienso, que no tengo ni puta idea de lo que son las minas antipersona, que he estado allí, que las he visto, pero ahora que me preguntan por las minas, no tengo ni puta idea de lo que es una mina. Sólo tengo fotografías de las minas)
Yo
(Extracto)
Cuando regreso al protocolo de Smara, las chicas y los chicos que trabajan
allí me invitan a pasar un rato con ellos,
me invitan a tomar un té
en su habitación.
Y Jeslie me dice que me va a poner henna
que me va a dibujar las manos
y que tengo que esperar dos horas con las manos levantadas para que se
seque.
Y a mí ese ritual del cuerpo me parece una
tortura
pero
acepto.
Y cuando Jeslie termina veo que ha escrito en el dorso de mi mano derecha
mi nombre,
y a mí
que me preocupa la identidad
me ha hecho falta venir aquí,
a Tindouf,
a que alguien me escriba en la piel mi nombre.
Y en la palma de la mano izquierda me ha escrito el suyo
Jeslie,
que significa eternidad.
Y me ha dicho:
– Como recuerdo.
Ahora
la henna se ha borrado de mis manos pero yo
no me olvido
No me olvido.
Les cuento
entonces
mi intención de ir al muro al día siguiente.
Llevo días intentando ir al muro pero no es fácil que una persona sola vaya al
muro porque el terreno está lleno de
minas.
Y me cuentan,
que hace poco se mató un chaval de catorce años,
y que otro,
se separó de la cadena humana que todos los años hacen frente al muro para
manifestarse y una mina le
explotó.
Y pensé
entonces
en qué pensarían los saharauis que vieron cómo el niño
de espaldas,
reventaba,
y en qué pensarían los marroquíes que vieron acercarse al chaval,
que vieron su rostro de frente antes del
impacto.
Y fui incapaz de imaginar aquello.
Y decidí
representarlo.
Decidí caminar hasta allí para redimir su muerte a través de mi
representación.
Siete pasos,
sobre las huellas de otro.
Larabás,
que me acompaña,
va primero.
Para que no me exploten a mí los pies.
Al fondo
el muro,
como una
profecía.
Aquel que estaba muerto
está ahora viviendo,
nosotros, que caminamos,
estamos ahora muriendo
con un poco de paciencia.
Y caminamos,
y caminamos,
y sin embargo, seguíamos en el mismo lugar.