Luis Manuel Soriano Ochando nace un 7 de octubre de 1979, de madrugada. Es director de escena, dramaturgo, diseñador de luces y de espacios escénicos. Ha sido programador de Artes Escénicas internacionales en el Centro Párraga durante los años 2007 al 2012. Ha sido coordinador del Master de Artes del Movimiento y Danza de la UCAM de Murcia desde 2008.
Teatrografía
1999 / Deshabitados en un jardín.
2000 / Huecos.
2002 / Hangares; estreno: Teatro de la ESAD.
2003 / Cadábaret; estreno: Teatro de la ESAD.
2004 / ¿Qué demonios quiere Boris Vian?; estreno: Auditorio de Ceutí.
2004 / Cada cuerpo hiere.
2005 / Lo mismo más un día; estreno: Centro Párraga.
2006 / Recuperar la luz/Vaciar la herida; estreno: Centro Párraga; publicado da ESAD of Murcia (2009).
2006 / Viaje al universo de Andersen; estreno: Centro Puertas de Castilla.
2007 / Afectividad; estreno: Centro Párraga.
2007 / El cielo está enladrillado; estreno: Auditorio Anexo sala Audio.
2008 / Ángeles buscan playas abandonadas; estreno: L´Escorxador de Elx.
2008 / Ecoaventuras de Lalo; estreno: Centro Cultural de Cehegín.
2010 / Mis primeros superpoderes; estreno: Auditorio de Cabezo de Torres.
2010 / Aquí está mi puta mano izquierda que os hará temblar.
2011 / Mourning ends; estreno: Centro Párraga.
2013 / Extinción.
– Extinción –
Sinopsis: Una mujer, Enma, recibe el día de su cumpleaños una extraña llamada de teléfono de alguien que dice tener para ella un regalo de su marido muerto hace varios meses. La cita en el puerto de la ciudad para entregárselo. Una vez allí descubre que el regalo de su marido es la posibilidad de tener un hijo de él, pues dejó congelado su esperma. Contrariada, porque su marido en vida siempre se negó a tener hijos, vuelve a su casa y se encuentra con el marido muerto, que asegura que, aunque está muerto, se va a quedar con ella hasta que supere su muerte y decida si tiene el hijo o no; Ella empieza a sospechar que su marido esconde algo turbio en el pasado. Cuando decide tener el hijo sale a una ciudad que se va destruyendo poco a poco, donde el ser humano empieza a degradarse más y más. Por otro lado está la historia de Olivia, que una noche va con su hijo adolescente a ver a un curandero para que le dé las claves de su enfermedad. Su hijo, Edmond, quiere descubrir quién es su padre y le ocurre que cada vez que en el tiempo sucede algo relacionado con su padre, él se desmaya y acude a ese momento. Olivia avanza lentamente en su enfermedad y empieza a pensar en dejar un legado a su hijo, pero no quiere darle las pistas de la identidad de su padre.
N. de personajes: + de 30.
– Fragmentos del texto: Extinción –
Desde lo oscuro hacia la luz. Una niebla blanca recuerda la sensación de frío y no se distingue nada. Podemos pasar un tiempo intentando averiguar dónde estamos, el suficiente para que la niebla blanquísima se disipe algo y lo bastante para que se pueda ver a Enma, refugiada en un abrigo azul y una prenda color plata, todo nos da frío. Enma espera algo, nos disponemos a pensar a quién o a qué espera y justo en ese momento nos sobresalta una voz telefónica integrada en una conversación.
¿Quién es?
¿Enma?
¿Quién es?
No me conoce. Me llamo Marcel.
¿Qué quiere?
Llamo por un asunto que dejó encargado su marido Esdras.
¿Cómo? Mi marido…
Su marido Esdras me dejó encargado llamarla hoy.
¿De qué va esto?
Mañana es su cumpleaños, ¿No es cierto?
Escuche, no tiene gracia; estas cosas no me gustan.
Enma no cuelgue. Esdras dejó encargado esto mucho antes de su muerte.
Insisto, esto no me gusta. Déjelo. No tengo tiempo.
¿Podemos vernos mañana en el puerto? Tengo una cosa para usted.
¿De qué se trata?
Es algo que le interesa mucho. Algo de su marido Esdras. Le presento mis condolencias ante todo. No tengo ni la menor idea de cuándo ha pasado, sólo sé que ha pasado.
¿Qué?
Me refiero a su muerte. No tengo ninguna información sobre ella. Este asunto no trata de eso.
¿Qué quiere?
Vernos. Mañana en el puerto hacia las 15 horas. Si le interesa, allí nos veremos.
Escuche. ¿Cómo?…
El frío toma cuerpo porque la niebla parece haberse hecho sólida, no se mueve. La imagen de Enma ha aparecido y desaparecido por entre las brumas constantemente. El tiempo de un pasado reciente se mezcla con este que vemos ahora; esa conversación telefónica tras sus últimas frases parece continuar en las personas que la produjeron, solo que, ahora, se presentan ante nuestros ojos.
Marcel.- Enma. Soy Marcel. El hombre que la telefoneó ayer.
Enma.- No sé ni cómo me he atrevido si quiera a creerle y ni mucho menos después a venir. Pero me nombró a Esdras y la curiosidad venció al miedo. Su cuerpo está aún tan caliente que todavía guardo la corazonada de que viva. Qué estúpida. Por un momento pensé que me iba a encontrar aquí con él.
Marcel.- No, pero es posible que después de este encuentro algo se llene de vida.
Enma.- Despeje ya tanto enigma y no utilice las palabras para sembrar incertidumbre. Si está para clarificar algo. Hágalo ya.
Marcel.- Aquí tiene. Un sobre.
Enma.- ¿Se trata de algún tipo de herencia?
Marcel.- De algún modo.
Enma.- Qué insoportable manera tiene usted de llenar de inquietud este encuentro.
Marcel.- Es mi papel aquí. Soy el mensajero. No existe ninguna manera menos misteriosa de trasmitirle esta información. Abra el sobre y le explicaré todo lo que sé.
Enma.- Aquí hay una tarjeta y un código. Nada más.
Marcel.- Desconozco los motivos por los que esto es así, pero aquí tiene un regalo. No guardo más información que la que a continuación voy a darle: su marido, mucho antes de morir, congeló su esperma para que, en el caso de morir, usted pudiese tener un hijo de él. La tarjeta y el código contienen la información y la autorización necesaria para su uso en mi particular banco de esperma. Así pues, si quiere ser madre de un hijo de Esdras, puede serlo.
Enma.- ¿Acaso Esdras sospechaba que iba a morir?
La escena se ilumina por la entrada de Esdras y su futuro hijo. El hijo, que en este instante no lo sabemos, tiene la misma edad que el padre.
Marcel.- No lo sé. A veces a los hombres nos atraviesa un temor.
Enma.- ¿Cuándo le dio esto y qué le dijo?
Marcel.- Hace cinco años.
Esdras se ha dejado caer a un lado de lo que vemos, como un holograma pasajero de un tiempo remoto en un espacio etéreo, hacia allí se dirige Marcel, como un cuerpo físico cuando vuelve a un recuerdo.
Marcel.- Eres el cliente más raro que jamás he tenido.
Esdras.- El 18 de diciembre usted se pondrá en contacto con Enma para darle mi semen, lo normal es que yo lo evite llamándole el 17 de diciembre, y así sucesivamente durante todos los años; si alguna vez no lo evito significará que he muerto y entonces tendrá sentido este regalo, de otra manera, no tiene sentido.